Desde hace un tiempo queríamos conocer y probar las delicias de Le Pain Quotidien. Pero, como suele sucedernos, por falta de organización lo veníamos posponiendo.
El fin de semana estábamos caminando por los diques de Puerto Madero cuando nos «chocamos» con el local de LPQ situado en Alicia M. de Justo y Victoria Ocampo.
Las delicias dulces que exponen en la vidriera sirven de cebo perfecto para la vista de todos los golosos que compramos sólo con ver…
El local es realmente amplio. En el interior las mesas están cómodamente dispuestas, pudiéndose elegir entre la clásica individual para dos o cuatro y el tablón compartido con sillas para más de 20 personas. Se consiguen mesas extras en la galería cubierta con vistas al dique, y también en la terraza al aire libre.
Elegimos comenzar con unas bebidas frías, optando por una limonada y un jugo de naranja exprimido.
La sección de bakery del menú combina budines, muffins, rolls y croissants con variedad de panes caseros -que se sirven acompañados de mermeladas y quesos untables- y algunos sándwiches.
Nuestra recomendación es que se paren y se acerquen hasta las vitrinas expositoras, porque no hay nada mejor que poder ver lo que vamos a probar.
En nuestro caso, y en un caso totalmente atípico, nos pareció que no estábamos preparados para un afternoon tea. Por eso optamos por un brownie casero de chocolate belga y un muffin de almendras y arándanos.
Mientras nos perdíamos en la dulzura de nuestros productos de pastelería, vimos cómo una pareja que estaba sentada enfrente de nosotros recibía su pedido de cafetería servido en vasos de vidrio tamaño licuado. La sorpresa entonces pudo más que nuestra voluntad de no excedernos en la merienda, y terminamos pidiendo un té orgánico Bruselas Breakfast y un café moka belga.
Demás está decir que no nos arrepentimos de lo que pedimos… si no de no haber tenido más espacio en nuestros estómagos para seguir degustando bebidas y cosas ricas J
Para todos los que quieran probar LPQ, les contamos que el menú es súper extenso y que pueden encontrar distintas opciones de desayuno, brunch, merienda, sopas, quiches, ensaladas, tartines, tablas de fiambres, tapas, bebidas frías y calientes, y postres.
En cuanto a precios, no estamos hablando de una cadena “económica”. Pero la calidad de los productos, la atención recibida (no demoraron más de 5 minutos en traernos nuestros pedidos) y el agradable ambiente con el que nos encontramos, valen cada centavo pagado ($350,00 final Ene-17).
A seguir viajando y recorriendo… porque viajar enriquece el alma.
asistente viajero 