La Serena es bien conocida en estos tiempos por ser una de las sedes de la Copa América. Pero más allá de su estadio de fútbol, esta ciudad es la capital de la región de Coquimbo y es un polo turístico de suma importancia en la costa chilena.

Está ubicada a 475 km al norte de Santiago y está unida con la capital del país por siete vuelos directos diarios (4 de LAN y 3 de SkyAirline).

Conglomerado La Serena – Coquimbo

Se trata de la segunda ciudad más antigua de Chile (después de la capital Santiago) y de la cuarta región más poblada, ya que con Coquimbo forman prácticamente una sola urbe.

El casco histórico es maravilloso, ya sea por la belleza de sus edificios, así como por el excelente estado en el que se encuentran. Pasear por sus callecitas es remontarse a la época del virreinato.

En el mercado de la Recova se pueden adquirir productos regionales de excelente calidad, y una variada oferta de repostería artesanal –no dejen de probar la papaya confitada, uno de los productos más solicitados–.

Se la conoce como la «Ciudad de los Campanarios» por la enorme cantidad de iglesias antiguas con sus torres sonoras, y es la ciudad donde desempeñó sus tareas profesionales la premio Nobel Gabriela Mistral. En este punto, visitar la Catedral de La Serena, el convento de San Agustín, la iglesia de San Francisco y la de Santo Domingo nos ofrece un panorama bastante amplio de algunos de los templos de la ciudad.

Si de disfrutar el mar hablamos, las playas de la bahía son muy tranquilas, amplias, de arena no tan fina pero agradable para caminar. Peñuelas, El Faro, Manso y Cuatro Esquinas son estupendas y nuestra elección para deportes acuáticos y náuticos.

Como sucede en todas las playas a orillas del Pacífico, ver los atardeceres en el mar es gratificante y un espectáculo único y distinto cada día, además de la excusa perfecta para quedarnos disfrutando de la arena hasta bien entrada la tarde.

A la hora de alojarnos nuestra recomendación es el Hotel de la Bahía, porque no sólo ofrece las mejores vistas de la playa y del océano, sino además una atención esmerada de su personal y un restaurant que invita a ser disfrutado.

En una breve excursión podremos visitar algunos de los viñedos en los que se produce uno de los mejores vinos del país y del mundo, el Carménère. Esta cepa no sólo se lleva el premio mayor entre los varietales locales, sino que su fabricación resulta equiparable a las mejores botellas producidas en Francia.

Para los amantes de las bebidas blancas, está abierta la oportunidad de recorrer la Ruta del Pisco y de contemplar los viñedos del Valle del Elqui.

Si la idea es disfrutar el litoral chileno en temporada estival pero escapándole al gentío de Viña, sin dudas este es el destino indicado donde se conseguirá paz y relax, tanto por su belleza natural como por la calidez de su gente.

A viajar que enriquece el alma.