Baltimore es una ciudad de contrastes: los rascacielos de acero y cristal que dominan el centro financiero están a sólo un paso de los barrios residenciales, donde todavía se mantiene el encanto de un pueblo pequeño. A menos de 1hs de Washington DC, encontramos esta maravillosa localidad, que combina ambos mundos de forma natural y que nos sorprendió con una magia y ritmo propio estadounidense.
Baltimore se ubica a lo largo del Río Patapsco (un brazo de la Bahía de Chesapeake) y es uno de los puertos marítimos más grandes de la Costa Este.
Se la llama la ciudad de los vecindarios, porque sus 72 distritos están habitados por diferentes grupos étnicos. Entre ellos, uno de los más conocidos es Inner Harbor, debido a que los principales lugares de interés están cerca de esta bahía. Es la zona que elegimos para hospedarnos y en ella destacamos el acuario nacional, el estadio Camden Yards y los paseos por los muelles del puerto.
- El National Aquarium se distingue porque tiene casi 600 tipos de peces. Las entradas generales son económicas (los tickets para exposiciones temporales son más costosos y tienen que reservarse con anticipación) y las exhibiciones son asombrosas: nuestra recomendación es visitar el show Living Seashore, en donde se está permitido tocar criaturas marinas. Lugar imperdible para ir si tenemos niños.
- Camden Yards es la casa del equipo local de béisbol, los Orioles. La historia de este deporte está muy ligada a la ciudad porque aquí nació uno de los mejores beisbolistas de todos los tiempos, Babe Ruth. Si hay tiempo en nuestra agenda y si estamos en temporada, vale la pena visitar el estadio y asistir a un juego.
- En el puerto, recomendamos visitar el navío Chesapeake, que por décadas marcó la entrada a la bahía del mismo nombre, y el faro Seven Foot Knoll, uno de los más antiguos en todo el mundo. En la parte occidental del puerto, desde los miradores de los rascacielos Bank of America Building y Phoenix Shot Tower se pueden admirar los alrededores de la ciudad.
Otro de los barrios que visitamos fue Mount Vernon, al norte de Inner Harbor. En esta zona hicimos una rápida visita al Museo Walters de Arte, un lugar consagrado al arte antiguo –anterior al siglo XX–; al Instituto Conservatorio Peabody –escuela de música de la Universidad Johns Hopkins– y al Monumento a Washington.
Un breve tour por Fells Point nos dejó conocer uno de los vecindarios más históricos y tradicionales de Baltimore, en donde las construcciones típicas son las de ladrillo y una técnica especial llamada formstone. Mientras que en Little Italy (entre Inner Harbor y Fells Point) encontramos una zona pintoresca, repleta de restaurantes italianos y tiendas interesantes donde hacer compras.
A la hora de buscar restaurantes donde comer, locales de moda y shows en vivo, resulta imperdible visitar el centro Power Plant, una antigua planta generadora de energía, hoy reconvertida en un centro comercial y de entretenimientos que todavía conserva su histórica fachada exterior.
Para nuestra breve estadía de 2 noches elegimos el Marriott Inner Harbor at Camden Yards, un hotel sencillo pero con todas las comodidades y con una ubicación muy conveniente, porque se sitúa a una corta distancia a pie del Power Plant y del National Aquarium.
Seguimos recorriendo y conociendo la Costa Este de Estados Unidos, descubriendo ciudades no tan típicas y tradicionales para los turistas extranjeros y que sin embargo nos dan la bienvenida con su particular encanto. Sin dudas, Baltimore nos deja con ganas de más!! Hacemos las valijas y empezamos a despedirnos de esta bahía, pero prometemos volver pronto!!
A viajar que enriquece el alma
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